Por la boca muere el pez o por la boca mostramos lo que pensamos. Algo así parece suceder a los gobernantes, sobre todo cuando se reúnen los elementos adecuados para la demostración total de su auténtico pensamiento es decir: político + micrófono.
En este caso recojo la intervención de la actual Ministra de Empleo doña Fátima Bañez quien ayer, en la clausura del Congreso del Partido Popular en Andalucía, se refirió a "la mayoría silenciosa de españoles de buena voluntad" (igual que el navideño angelito anunciaba la buena nueva del nacimiento de Jesús) que va a afrontar los recortes sociales en silencio.
¿Querrá la señora ministra que los españoles no mostremos nuestra disconformidad con las medidas tomadas? ¿Querrá que las suframos, avergonzados y cabizbajos, en silencio como lo hacemos con las inflamaciones de las venas en el recto o el ano? ¿Tal vez quiere la ministra que no nos paremos a pensar y a decidir según nuestro propio criterio? Y en caso de tener ese criterio propio ¿ya no somos españoles de buena voluntad?
Tal vez por esos motivos comprendo por qué la grandísima subida del I.V.A. en todo lo relacionado con la cultura, ya sabemos que una ciudadanía culta, formada, es una ciudadanía pensante y opinante, por tanto capaz de discernir entre lo real y lo que nos cuenten.
Si, a pesar de lo caro que va a ser acceder al teatro o al cine o a las bibliotecas, acudimos a esos lugares queda otro arma que ya se han ocupado de alimentar: la información veraz, imparcial y de prestigio de la radio y televisión públicas, o mejor dicho su supresión (nueva ecuación: desinformación + i.v.a. = X)
De este modo tiene sentido el despliegue de ceses en la corporación audiovisual pública, la destitución de Fran Llorente, la fulminación de Juan Ramón Lúcas y la posible salida de Toni Garrido y Pepa Fernández, y la llegada de este chico con aspecto de escolapio, que ya sufrimos en Telemadrid, de nombre Julio Somoano junto con otras personas procedentes, parece ser, de los medios "ultracentristas" del T.D.T. Party.
Entonces, señora ministra, no se referirá a la mayoría silenciosa de españoles de buena voluntad, sino a la mayoría silenciosa de españoles sin información independiente porque quizá lo que desea, doña Fátima, es que esa mayoría sea muda, muy muda (además de ciega y sorda).
Menos mal que siempre nos quedará la Virgen del Rocío, ¿verdad señora Bañez?
© ANTONIO LINARES FAMILIAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario