A quien nos gobierna:
Querría agradecerles la ardua tarea que están desarrollando
para que nosotros, los componentes de esta sociedad llamada España, se
rejuvenezca, se mantenga con los reflejos prestos y una actitud lozana; casi
podríamos decir que ustedes, señores gobernantes, han conseguido que en España,
cada día, podamos deleitarnos con sorbos (algunos los llamarían tragos amargos)
del elixir de la fuente de la eterna juventud. Todo ello merced a sus políticas:
privatización de la enseñanza pública (a la que ahora introducen la
obligatoriedad de la Religión
tras un pacto secreto entre el Sr. Wert, ese que está hecho un toro, y los
representantes de la conferencia episcopal); el encarecimiento de la Universidad a la que
podrán acudir aquellos que puedan permitírselo; la privatización de la sanidad
pública con el añadido del euro por receta (qué absurdo mantener intacto algo
que funciona bien ¿verdad?); el retroceso, hasta su desaparición o derogación,
en leyes sociales como las de dependencia, interrupción voluntaria del embarazo, igualdad,
memoria histórica, entre otras; las subvenciones a entidades bancarias;
abandono a entidades no gubernamentales; abandono social a los necesitados (cada
vez somos más); imposición de tasas legales, con las cuales sólo podrán acceder
a la justicia aquellos bolsillos que estén llenos; reforzamiento de cuerpos
represivos (con lo que la asistencia a una manifestación puede adquirir el
beneficioso momento de carrera continua tan recomendado por los médicos);
sabotaje a la cultura, impidiendo a los ciudadanos un acceso a una cultura
libre, instructora y de calidad…
¿Es necesario seguir enumerando? ¿No nos
retrotrae todo esto a aquellos oscuros años del tardofranquismo en los que
servidor no peinaba canas?
Por todo esto, por este continuo retorno, nada nietzschiano
por cierto, por esta forzada vuelta atrás en la máquina del tiempo que supone
la política que están llevando a cabo, señores gobernantes, gracias por
hacernos más jóvenes, pero eso también, recuerden, lleva consigo unas renovadas
ganas de luchar, protestar, exigir y recuperar todo aquello que nos están
robando. Y por favor, cuando tengan la decencia de explicar a la ciudadanía
cualquier decisión, no nos tomen por tontos, sabemos pensar, pensamos y
opinamos con la libertad por la que muchos, muchísimos han luchado hasta dar su
vida por ellos (ah, se me olvidaba que a muchos de ustedes lo de la democracia
es algo que les llego de manera sobrevenida) y nunca, nunca, olviden que
ustedes, señores gobernantes, sin nosotros, no son ni nada ni nadie.
© ANTONIO LINARES FAMILIAR
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