AVISO A PASEANTES
(Parábola del hacedor de humo)
El forjador de humo baila al compás del organillo,
recoge la ceniza acumulada tras la deserción
de los ángeles custodios que huyeran a tierras más cálidas,
mientras contempla cómo nos en los silencios;
cuando no hay camino, sólo lo imaginado entre las brasas
de la fragua, el forjador contamina con escoria toda palabra,
toda
idea;
extiende su mostrador en la plaza, invita al caos a encabezar
la cabalgata y sobre la pasarela desfilan: tragasables,
veranos de ocasión, accionistas del proletariado,
enfermos de curiosidad, vientres satisfechos de
indiferencias,
la obstinación del dórico y la apoplejía del pop, Caronte
enamorado
de una enfermera de urgencias, prejuicios de cartón piedra,
un coro mixto
de valkirias y amazonas, chonis de hermés ,
un libro amordazado y el Niño Jesús de Praga.
Tras la oferta por ampliación de negocio
el forjador de humo sabe que algún día
el cuervo de su hollín alzará su propio graznido.
© ANTONIO LINARES FAMILIAR
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