Tierra de Ahulema

Tierra de Ahulema

miércoles, 29 de septiembre de 2010

RECOMENDACIÓN: ÁNGEL DE GUERRA - Antonia Bocero


ANTONIA BOCERO
ÁNGEL DE GUERRA
COLECCIÓN BAÑOS DEL CARMEN
EDICIONES VITRUVIO


Ángel de guerra, un título muy albertiniano, es el último libro de Antonia Bocero, poeta y estudiosa del arte, que nos ofrece una poesía en constante búsqueda. Una búsqueda que se zafa en el contenido donde, en la primera parte del poemario, sintonizamos diferentes canales televisivos, a la vez que subimos por diferentes plantas del edificio humano, para ahondar en nosotros mismos como lectores e individuos, cada canal y cada planta visitados son ventanas que nos arrojan realidades de las que, por saturación, parecemos inmunes (o, por lo menos, vacunados por el omnipresente Tetrarca controlador) pero a las que tenemos que acudir, e incluso revelarnos en contra, agitados por voces como la de Antonia Bocero. La segunda parte, De los días y las aves, el ritmo es más suave, con poemas cortos, pero si cabe de una profundidad intensa donde ahondamos en el devenir constante de las sensaciones y los sentidos.

Poesía de búsqueda, también, en la forma. Antonia no puede, ni debe, desprenderse de su sólida y profunda formación artística y así lo plasma con un gusto estético muy gráfico y profundo; cada poema suyo es como un cuadro en los que cada verso es un trazo ligero de un pincel manejado con firmeza, por otra parte, el poema completo ofrece un todo donde cada pieza tiene su sentido por estar ahí, en ese lugar, y componer un todo musical lleno de imágenes.

Ese todo de cada poema se ve prolongado al enlazar diferentes textos con versos que se repiten, constante llamada al ánimo del lector, una y otra vez, música al fin y al cabo, como hilo que se prende en nuestro aliento para llevarlo por las diferentes plantas del edificio humano (así es el libro, así somos nosotros), con piel de almagre, entre bandadas de aves que oscilan de norte a sur, gritos, órdenes y máscaras.

Es, por tanto, Antonia Bocero una poeta comprometida, sí muy comprometida, con el arte. Antonia asume una responsabilidad literaria poco habitual en este horizonte donde son muchas las voces que escriben y, tal vez, pocas las que “hablan”, “dicen” y se implican en la originalidad de una escritura sólida, firme con un acento propio como lo hace esta escritora que utiliza sus textos como un diálogo donde implica al lector, le seduce, para llevarle a una línea que sólo la autora conoce y que hace que seamos sorprendidos por su mundo, un mundo, el de Antonia Bocero, que no es noche fugaz, sino constante y luminosa en la que, esperamos, vierta más gotas de su poesía.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR

Poema invitado: "La noche" VICENTE ALEIXANDRE


Fresco sonido extinto o sombra, el día me encuentra.

Sí, como muerte, quizá como suspiro,
quizá como un solo corazón que tiene bordes,
acaso como límite de un pecho que respira;
como un agua que rodea suavemente una forma
y convierte a ese cuerpo en estrella en el agua.

Quizá como el viaje de un ser que se siente arrastrado
a la final desembocadura en que a nadie se conoce,
en que la fría sonrisa se hace sólo con los dientes,
más dolorosa cuanto que todavía las manos están tibias.

Sí . Como ser que, vivo, porque vivir es eso,
llega en el aire, en el generoso transporte
que consiste en tenderse en la tierra y esperar,
esperar que la vida sea una fresca rosa.
Sí, como la muerte que renace en el viento.

Vida, vida batiente que con forma de brisa,
con forma de huracán que sale de un aliento,
mece las hojas, mece la dicha o el color de los pétalos,
la fresca flor sensible en que alguien se ha trocado.

Como joven silencio, como verde o laurel;
como la sombra de un tigre hermoso que surte de la selva;
como alegre retención de los rayos del sol en el plano del agua;
como la viva burbuja que un pez dorado inscribe en el azul del cielo.
Como la imposible rama en que una golondrina no detiene su vuelo...

El día me encuentra.

martes, 28 de septiembre de 2010

MIRADA SUBURBIAL


En mi barrio,
laberinto de quimeras de saldo,
apenas hay faldas cortas,
y las que hay se pasean
traicionando carnes descolgadas
que se agachan en portales;
apenas hay escotes,
y los que se muestran
son colgajos exhaustos
por hambres desdentadas,
apenas hay suaves peinados,
y los que se observan
están cubiertos de premuras y olvidos.

Por eso,
furtivo e inquieto,
huyo al centro de la ciudad,
con el sabor a expósito
que el ansia arrastra
de mi piel de suburbio.

Vigía de lo ajeno
asomo la curiosidad
tras largas piernas en negro,
aromas de turgencias
y cabellos de ámbar.


© ANTONIO LINARES FAMILIAR de Nortes

Poema invitado: "Canción para Billie Holiday" PERE GIMFERRER




Y la muerte
nadie la oía
pero hablaba muy cerca del micrófono

Con careta antigás daba un beso a los niños

Lady Day las gaviotas heridas vuelven a la luz del puerto
Extraña fruta en el aire el crepúsculo se ausenta
Con una espada con un guante con una bola de cristal
la pecera magnética la cueva del pasado el submarino bajo las
mareas que fulgen
Lady Day cuánto amor en una juventud cuántos errores
cuántas tardes hablando qué deseo qué eléctricos
jazmines
cuántos cow-boys muertos como trovadores la sonrisa en los
labios que se tiñen de sangre
los gritos en las calles las manifestaciones disueltas bajo el
arco voltaico del poniente y los lóbregos edificios
irreales
Lady Day el amor como una libélula
cazador de libélulas
Lady Day qué despacio nos viene la experiencia todo cobra un
sentido se ordena como el paisaje en los ojos cuando
recién despiertos corremos las persianas
o intentamos ordenar las palabras de un
poema
Lady Day
Animales heridos en el bosque nuestros ojos qué piden qué
desean
qué desea esta voz en el viento de otoño un lebrel o su presa
disueltos en la fría oscuridad del tiempo
escamoteados como naipes de una baraja los años de nuestra
juventud
Con dos vueltas de llave cerraron la cocina
No nos dan mermelada ni pastel de cereza
ni el amor ni la muerte extraña fruta que deja un sabor ácido.



de Extraña fruta y otros poemas 1968 - 1969

lunes, 27 de septiembre de 2010

V



Llega con la noche clavada entre los dientes
detrás del golpe seco de la puerta,
cerrada como palabra invisible;
extiende el gesto, lo abre al aire familiar
y busca el fin del pasillo;

como velador que acecha en la nada
el ventanal recibe cada tarde
y la dispersa contra las paredes
que le rodean, leales a su hora,
mientras aguarda, en el mismo sitio,
cualquier sonido que le redima
entre el humo que resta su aliento.

Cierra, cae, una vez más;
entregado
se reconoce como esa figura
que ayer vio detrás del ventanal
con su noche clavada entre los dientes.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR de Camino de Alíah

Poema invitado: "Noche invernal de un anciano" ROBERT FROST


An Old Man's Winter Night

All out of doors looked darkly in at him
Through the thin frost, almost in separate stars,
That gathers on the pane in empty rooms.
What kept his eyes from giving back the gaze
Was the lamp tilted near them in his hand.
What kept him from remembering what it was
That brought him to that creaking room was age.
He stood with barrels round him -- at a loss.
And having scared the cellar under him
In clomping there, he scared it once again
In clomping off; -- and scared the outer night,
Which has its sounds, familiar, like the roar
Of trees and crack of branches, common things,
But nothing so like beating on a box.
A light he was to no one but himself
Where now he sat, concerned with he knew what,
A quiet light, and then not even that.
He consigned to the moon, such as she was,
So late-arising, to the broken moon
As better than the sun in any case
For such a charge, his snow upon the roof,
His icicles along the wall to keep;
And slept. The log that shifted with a jolt
Once in the stove, disturbed him and he shifted,
And eased his heavy breathing, but still slept.
One aged man -- one man -- can't keep a house,
A farm, a countryside, or if he can,
It's thus he does it of a winter night.




Noche invernal de un anciano

Más allá de las puertas, a través de la helada
que cubre la ventana formando unas estrellas
dispersas-, en la sombra, el mundo esta mirando
su cara: está vacía la habitación. Y duerme.
La lámpara inclinada muy cerca de su rostro
le impide ver el mundo. Ya no recuerda nada.
Y la vejez le impide recordar en qué tiempo
llegó hasta estos lugares, y por qué está aquí solo.
Rodeado de toneles se encuentra aquí perdido.
Sus pasos temblorosos hacen temblar el sótano:
lo asusta con sus pasos temblorosos: y asusta
otra vez a la noche (la noche de sonidos
familiares ). Los árboles aúllan allá afuera;
todas las ramas crujen. Una luz hay tan sólo
para su rostro, quieta, una luz en la noche.
A la Luna confía -en esa Luna rota
que por ahora vale más que el sol- el cuidado
de velar por la nieve que yace sobre el techo,
de velar los carámbanos que cuelgan desde el muro.
Sigue durmiendo. Un leño se derrumba en la estufa.
Despierta con el ruido. Sobresaltado cambia
de lugar. Es la noche. Respira suavemente.
No puede un viejo solo llenar toda una casa,
un rincón de los campos, una granja. No puede.
Así un anciano guarda la casa solitaria,
en la noche de invierno. Y está solo. Está solo.

Versión de Miguel Arteche

Poema invitado: "Los muertos" JOSÉ LUIS HIDALGO


Hoy vengo a hablarte, mar, como a mí mismo.
Como me hablo cuando estoy a solas,
cuando alejado de los tristes días
que nos contemplan desde el ojo humano
acerco el ascua tenebrosa y sola
al principio del ser, a las raíces
donde alborea, matinal y oscura
la caricia primera de la tierra.

A hablarte vengo, mar, como a mí mismo,
en esta noche mineral y lúcida
mientras la luna, desde arriba, arroja
sobre los mundos una luz calcárea
y en el bisel del horizonte hiere
su duro, lento y solitario hueso.

Desde hace siglos sin cesar palpitas
tu blando corazón contra las rocas
que ante tu orilla, para siempre oyéndote
se bañan mansamente o se derrumban
fingiendo limos, donde solo existen
aristas de ira para tus entrañas.

Hoy vengo a hablarte, porque tú, conmigo
nacistes y sin cesar crecimos
cuando en la rosa del albor primero
con vesperal y fabuloso ojo
detrás de los helechos acechaba
el paso de los corzos y la sangre,
empapando la tierra, me llamaba
hacia los bosques, como el fuego ardiente
de una lejana y cegadora estrella.

En esta noche en que mi historia acaba,
en que los siglos sordamente suenan
bajo las plantas de mis pies desnudos,
bajo la tierra donde crecen árboles
y las palomas y las flores vuelan
junto a la hermosa garra de las águilas...
A ti, acudo, mar, en esta hora
porque el destierro de tu voz me llama
y en el hondón de mis entrañas siento
removerse otra agua clamorosa.
Tú solo, mar y mar, gimiendo
la soledad tremenda del que a nadie
puede decir su soledad. El mundo,
las lejanas estrellas que podían
escuchar tu dolor o presentirlo,
estaban lejos, porque Dios quería
tu sola soledad, tu dolor solo
como un terrible cántico a su gloria.

Quieta y muda, la tierra, duramente
diques ponía a tu invasora forma
que imitaba la vida de los pétalos
o la erizada furia de la selva.
-Nunca nos conocimos. No sabíamos.
Distintas nuestras sangres se ignoraban:
la tuya verde, transparente y única;
la mía roja, sordamente múltiple...-

En esta noche, mar, en esta noche
cuando la luna desde arriba arroja
sobre los mundos una luz calcárea
y en el bisel del horizonte hiere
su duro, lento y solitario hueso,
yo te pregunto lo que están buscando
ese fragor dulcísimo de manos,
esas inmensas lágrimas que chocan,
el eco interminable de las aguas
que como cuerpos sobre ti se aman.

Dime qué buscas, mar, qué es lo que busco
cuando temblando de la orilla huyes,
cuando temblando del amor me alzo,
cuando la mano en mis entrañas hundo
y golpeo sobre ellas como un látigo
cuando royendo la caverna oscura
te rompes con horror contra un peñasco
o ya en la calma de una tarde triste
acaricias, soñando, antiguas playas...

En esta noche, mar, en esta noche
en que mi sino solitario tiende
su milenario cuerpo por tus costas
mientras los viejos musgos y los líquenes
prenden grises hogueras a tu orilla
donde queman su óxido de sombra
las invisibles razas invernales
que algún día se fueron de la tierra
yo pregunto el destino de los muertos
que antes que yo nacieron y gimieron
para darme a la luz, de los que en siglos
y siglos, se tendieron como gérmenes
para que el fuego vivo de mi cuerpo
alma les diera cuando los recuerde.
Yo pregunto el destino de su sangre
corriendo como un río sin orillas
al inquietante reino donde todo
-la carne con la carne, el cuero húmedo,
la tierra junto al tacto deshaciéndose-
forman breves coronas desoladas,
transparentes cenizas que se rinden.

Busco en la sombra. Allá, por los confines
de la mano que elevo como un pájaro
más alta que mi frente. Aquí termina
todo entero mi ser, la carne acaba
y comienza la estela de los astros,
la clamorosa luz de las estrellas.
Aquí comienza el mar. Yo soy el único
junto al que habita solo, desde siempre,
la eternidad errante de la tierra.
Aquí comienza el mar, aquí termino.
Solo después que yo mi voz humana,
un recuerdo sereno en el vacío.

-Por debajo de mí los enterrados,
como fríos veleros, navegando
por otro mar sombrío, el de la muerte,
donde un viento, que es tierra, los empuja
hasta el confín ardiente de mi vida.
Dios no pregunta, porque Dios se basta.
La tierra calla, porque nada espera.
El mar hermoso, bajo los luceros,
y el hombre solo, bajo los planetas,
su muerte inútil, sin morir, rechazan
contra la roca ciega del futuro.



de Los Muertos

domingo, 26 de septiembre de 2010

LI




A lo largo de la trinchera
crece la niebla,
hunde la voz en la noche
entre sonido de abandono
de cada cuerpo en olvido voluntario,
orden primera de formación:
para ser los hombros
los pasos
el gesto
los brazos
cuerpo colectivo que hermana
desde la raíz del individuo.

A lo largo de la trinchera
crece la niebla,
hunde su voz en la noche,
engendra un sólo ánimo:
el de los muertos ciertos
que avivan sobre los hombros
la verdad de su muerte.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR
de En Tierra de Nadie

viernes, 24 de septiembre de 2010

Poema invitado: "¿Qué mortal..." NOVALIS


¿Qué mortal
Dotado de sensibilidad
No amará, entre tantas
Manifestaciones prodigiosas
Del ámbito en torno suyo,
La luz placentera
Con sus rayos y ondas,
Sus colores,
Su suave omnipresencia
En el día?
Como la más íntima
Sustancia de la vida
Alienta por ella el mundo inmenso
De las constelaciones sin reposo
Flotando en su mar azul,
Por ella alienta la piedra fúlgida,
La planta silenciosa
Y la fuerza,
En continuo movimiento y en multitud
De formas modelada, de los animales;
Por ella alientan
Nubes y aires multicolores
Y sobre todo
Esos extraños sin par
De mirada sensual,
De paso elástico
Y labios sonoros.
Como rey
Telúrico
Cada impulso la conjura
En innumerables mutaciones
Y con sólo su presencia
Manifiéstase la grandeza
De su imperio terrenal.
Me dirijo hacia abajo,
A la Noche misteriosa,
Sagrada e inefable;
En lontananza yace el mundo
Como encimado en una profunda fosa,
¡Cuán yermo y solitario
está su emplazamiento!
Honda melancolía
Vibra en las cuerdas del pecho;
Lejanías del recuerdo,
Deseos de juventud,
Sueños de la niñez,
Alegrías fugaces
De toda una vida
Y vanas esperanzas
Se presentan en vestiduras grises
Como niebla vespertina
Después de ponerse
El sol.
En lontananza yace el mundo
Con sus goces múltiples.
En otros espacios
Tendió la luz
Su toldo festivo.
¿No tornará jamás
A sus fieles hijos,
A sus jardines,
A su morada suntuosa?
Pero, ¿qué brota
Tan fresco y delicioso,
Tan lleno de presentimientos
En pos del corazón
Y se traga auras
De melancolía?
¿Tienes también tú,
Oh fuerza tenebrosa,
Corazón humano?
¿Qué ocultas
Bajo tu manto
Que tan invisible y poderosamente
Me penetra el alma?
Sólo en apariencia eres horrible;
Bálsamo delicioso
Gotea de tu mano,
Del hato de amapolas.
En dulce embriaguez
Abre las pesadas alas del ánimo.
Y nos ofrendas alegrías
Oscuras e indecibles,
Misteriosas, como tú misma,
Alegrías que nos
Dejan entrever un paraíso.
¡Cuán pobre y pueril
Se me antoja la luz
Con sus múltiples elementos,
Cuán alegre y bendito
El adiós a la tarde!
Y sólo porque
La Noche te aparte de los siervos,
Sembraste
En los confines del espacio
Esferas luminosas
Para anunciar tu omnipotencia,
Y retorno,
En tiempos de tu alejamiento.
Más sublime que aquellas estrellas rutilantes
En ese mismo ámbito
Nos parecen los ojos inmensos
Que la Noche
Abrió en nosotros.
Miran más allá
Que los más pálidos
De aquellos incontables ejércitos;
Innecesitados de luz,
Traspasan las profundidades
De un alma enamorada,
Llenando un espacio superior
De voluptuosidad indescriptible.
Dádiva de la reina del universo,
De la gran profetisa
De un mundo sagrado,
De la guarda
De un amor bienaventurado.
Amada, llegas —
La Noche ha venido ya —
Se ha consumado el día,
Mi alma está enajenada,
Y tú eres otra vez mía.
Estoy mirándote en esos profundos ojos negros,
No veo otra cosa que amor y dicha.
Nos hundimos en el altar de la Noche,
En el tálamo mullido
Caen los ropajes;
Y encendidos por la cálida tensión,
Álzase el fuego puro
De una dulce inmolación.


de HIMNOS A LA NOCHE

miércoles, 22 de septiembre de 2010

CASTELO DE MONTERREI



Esta bruma
germinada en roca,
se alimenta de helechos
y adorna con líquenes
los restos de muralla;

bajo el perfil de las almenas
los guijarros devuelven,
clavados en nuestras vidas,
susurros de ancestros
que al poniente
impregnan la vid dispuesta
a escanciar sus memorias.


© ANTONIO LINARES FAMILIAR de Nortes

(El Castelo de Monterrei se encuentra en Verín, Orense)

Poema invitado: "Poema" MAX BLECHER


Tu envoltura
Como un pájaro en el nido del corazón
En ríos de sangre te bañas
Y vuelas por la punta de mis dedos

Cuando te vas
El cuerpo recobra su infinito peso
Y el paisaje abierto de par en par
Significa tu ausencia

Como si hundieras las manos en un cesto
Me sacas del océano del sueño
Y la cabeza me zumba como una caracola

Tú piedra arrojada al lago
Tú círculo de agua que te abandona

Quizá esperándote resucite
El cadáver de una palabra

Y él con su linterna ciega me paseará
Por la noche

Tu pelo será su oscuridad
Y yo me sumergeré en las sombras.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Convicciones



X

Un graznido entre las palabras,
la idea se incuba en el texto
mientras los insectos
devoran cada viaje escrito


XXXVII

Un sosiego de espuma
tiñe el mar de noche,
entre los dedos
el sabor del horizonte.


XLIII

Una polilla se acerca al papel:
tal vez entienda
este espacio en blanco.




XLVII

Sujeto a las crines
de la noche,
me entrego al canto de la Sibila
antes de que arda el horizonte.


LVI

Mis rezos se olvidaron
de acompañar a mi sombra;

fueron devorados
por el dragón de la lógica.


LXXXIV

Habito en este delirio
porque
temo despertar a mi conciencia.




© ANTONIO LINARES FAMILIAR

Poema invitado: "L'ESGLÉSIA CATÒLICA ESPANYOLA" JOAN BROSSA



"L'ESGLÉSIA CATÒLICA ESPANYOLA"

Puta paparra, carronya on fermenta
La claveguera de la llum del dia,
Apunta el seu coet lluna opulenta
I implora no fallir la punteria.

Teixeix sotanes una aranya lenta.
Com ballen amb les vides per la via
Que va del militar a la serventa!
Despullen amb les ungles pedreria.

Ens fa de mare i de pare, i s'engreixa
De tèrbola tenebra, i no desdenya
De beneir la reixa de la queixa.

Be mossegaire, mal de tots nosaltres,
Aquesta activitat d'ensenyar els altres
Aplica-te-la, porca, a tu mateixa.




"LA IGLESIA CATÓLICA ESPAÑOLA"

Puta garrapata, carroña donde fermenta
la cloaca de la luz del día,
apunta su cohete luna opulenta
e implora no fallar la puntería.

Teje sotanas una araña lenta.
¡Como bailan con las vidas por la vía
que va del militar a la sirvienta!
desnudan con las uñas pedrería.

Nos hace de madre y de padre,
y se engorda de turbia tiniebla, y no desdeña
bendecir la reja de la queja.

Cordero, mal de todos
nosotros, esta actividad de enseñar a los demás
aplícatela, guarra, a ti misma .

domingo, 19 de septiembre de 2010

IV




Las paredes afloraron con leones
todos respondemos la llamada
reclamando a sus hombres
a empuñar la espada de la justicia;

fuimos lava
en las venas de la nación,
necesitados por el Imperio,
necesitados parra arrancar la derrota
de las vísceras del enemigo.

Las calles afloraron con leones
todos respondemos la llamada
rugió la fiebre del valor
en las voces crédulas
que firmamos su contrato con la guerra
bajo la sombra de aquel verano
que ardiera en tantos inviernos.


© ANTONIO LINARES FAMILIAR de En Tierra de Nadie

JOSÉ ANTONIO LABORDETA "Eso fue..."

Hace unos años acudí a una lectura de un poeta aragonés, Ángel Petisme, a su lado, como presentador, estaba ese hombre de voz grave que hizo que todos esperásemos que un dia amaneciera con la palabra LIBERTAD en nuestro horizonte. Esa velada se extendió en una cena y en larga sobremesa que se ha prolongado en mi recuerdo. Hoy José Antonio Labordeta nos ha dejado y me siento con menos libertad sin su palabra.






ESO FUE...

Apenas un recuerdo, un vago sueño
de pasados domingos sin iluminarias
donde los camareros se aburrían
en establecimientos de segunda categoría.

Todo lo demás es un recuerdo nostálgico
de prensados días escolares
en el juvenil guardapolvo de los lunes.

Un sueño escaso de lluvias impares,
de noches inconclusas en mi pijama a rayas,
de furtivas huidas sin permiso
y, quizás, de algún funeral sin esperanza.

Años cautivos que huyeron de nosotros
a través de uno textos donde puede leerse:

Hoy no llueve... Domingo...
Quizás mañana muertos...
Mi padre me ha pegado...
Ya no hay amor... La una menos diez...
Huimos...
Y huimos para siempre.


IN MEMORIAM

JOSÉ ANTONIO LABORDETA

1935 - 2010


sábado, 18 de septiembre de 2010

REVERSO DE MEMORIAS


Recuerdo ciudades
por el acento de sus vinos,
lumbres
por el tacto de su barniz,
lechos
por el desgarro de las sábanas,
caricias
por su huella entre mis uñas,
sombras
por el frío en mis hombros,
noches
por sus vitrales ciegos,
y vacíos
por la grieta en la lengua tras decir sus nombres.

Tal vez
la escarcha los reúna,
a todos,
en mi frente.


© ANTONIO LINARES FAMILIAR de Nortes

Nº 2 y 3 de la Revista ES HORA DE EMBRIAGARSE, CON POESÍA

jueves, 16 de septiembre de 2010

Poema invitado: "Prusia" JOSÉ LUIS REY


La realidad quería anexionarnos.
Estaba encaprichada de nosotros; nos vería tan jóvenes y fuertes.
Abrid grietas en el cielo y pronto,
pronto, pronto, las minas,
la rubia catarata.
¿Qué quisieron quitarnos?
Este don de cantar y hacer océanos.
Y ahora que lo dices qué muchachas vivían en la luna.
Poetas torturados, las corbatas ardiendo sobre el bosque.
Y los buitres que sueñan un lugar junto a ti, bibliotecaria
muerte.
Así era todo entonces y todo estaba allí.
Al zarpar el salón viajábamos al sur,
libélulas felices de la infancia,
mercados amarillos, los ángeles segando el mediodía,
una historia de amor.
Y al volver las patrullas, sus pasos como clavos sujetando las calles,
el desfile del mar.
Los muertos visten uniforme verde, sonríen en silencio, son marciales
y no dudan de nada.
Y en oscuros desvanes la conjura pequeña,
en el metro encendido el país de los ogros.
Los conspiradores tienen ojos de fresa, son los sastres del sol
y nadie nunca les regala nueces.
Pero qué importa, ved
lo que escribe la lluvia, ved las faltas
de ortografía que comete abril.
Qué pocas cosas sabe nuestra niña,
está aprendiendo a hablar
y ha salido mandona, fíjate.
Tú y yo venimos del hotel invierno, los bailes bajo el agua,
las ventanas morenas, la mañana ladrando en el jardín
y le dimos un hueso, un poema famoso.
Ver manzanas subiendo
y pueblos sin historia cenando en la terraza,
pasear por la tarde, buscando el mejor modo
de decorarla y de decir aquí
pondré una infancia, el cuarto del deseo estará allí.
Si yo pudiera con la voz antigua
decir una verdad,
pero toda verdad espera a sus obreros.
Y no ser nada es nuestra juventud,
nuestra fama de pez cosiendo otro futuro.
Las olas han cubierto la escalera dorada que bajaba al olvido.
Allí había una escuela, una mujer con pelo de guisantes,
el pijama del sol en la bañera,
el arpa de los pájaros,
tantas armas inútiles que contarlas sería inventar la tristeza.
Las tropas verdaderas tomaron el país,
el coche del ministro intentando flotar,
las banderas caídas en la hierba, las sábanas del topo,
la versión oficial sobre el ser y el no ser, y siempre chimeneas.
Pero si ahora dormimos veréis la eternidad.
Y la física estalla porque a veces volamos.
Abro los ojos y el verano crece.
Ay cómo salta el mundo cuando canto.


De La familia nórdica

Nº1 Revista ES HORA DE EMBRIAGARSE, CON POESÍA

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Nº 0 Revista ES HORA DE EMBRIAGARSE, CON POESÍA

Nº0 de Es Hora de Embriagarse, con Poesía que dirige José Naveiras García



Poema invitado: "Del amor mentido" JORGE DE ARCO


Mienten tus labios cuando callan. Mienten
tus días cuando surcan otras sábanas.
Mienten tus dientes cuando muerden trozos
de aquella vida. Mienten tus tobillos
de caracola cuando pisas fiel
el umbral de la casa. Mienten tus
dedos cuando reposan de caricias
sobre el fuego. Sí, mienten enlutadas
las palabras escritas con tu lengua.
Miente tu desnudez frente al espejo
amargo de tu imagen pretérita.
Miente el deseo ciego entre tus muslos.
Miente el adiós, la nada en tu saliva.
Y miente tu descalza madrugada
cuando de amor te ovillas y tu llanto
se escapa por tejados y memorias.
Mientes a cada instante que me niegas,
cada vez que anudas el dialecto
del odio a tu futuro. Miente, amor,
quien diga que tu cálida cintura
fue su costa, que fue tu piel su incendio
primero, que tu cuerpo fue la tierra
más hermosa que nunca otro pisara.

de De fiebres y desiertos, 2000

martes, 14 de septiembre de 2010

LA BALADA DE JOHN DOE ( o UNA FILÍPICA INCOHERENTE)

Quosque tandem abutere...

Fui bautizado, cristianado y confirmado para ser agnostizado, aunque me confieso con amigos, amantes, indigentes y prostitutas, y también disfruto de la comunión en bares de todo tipo tras hacer examen de conciencia e incumplir todas las penitencias.
Empecé a fumar ("bienvenido al territorio Marlboro"), lo dejé ("el fumar puede matar") y volví a fumar ("bienvenido al territorio que te puede matar").
He sido teleinstruido (gracias Epi, gracias Blas) y telemanipulado (no eran así las cosas que así nos contaban y yo, como todos, con cara de imbécil).
Crucé del gris de la historia de plomo a una hermosa plaza liberada
donde siempre me detengo a llorar por los ausentes.
He pasado del blanco y negro al universo digital (globalización), tras el Pal color, y aguardo, expectante, el 3D en HD.
Me mancharon de carmín algunas camisas, y por mi parte dejé lágrimas en algún hombro, además de abundantes cosechas de olvidos.
Abrí la piel, escama a escama, para que otras pieles trazaran sus caricias; algunas la rasgaron y otras, simplemente, la despreciaron.
Me enamoré de Penélope, no aquella de Ulises (siempre me agotó con tanta labor, ociosa tejedora) sino la de Serrat (deseo bajar del tren y rescatarla de su soledad enraizada en un banco de pino verde).
Solemnizo lo obvio y cultivo indiferencia empática hacia algunos vecinos de acera.
Colecciono cicatrices en mis palabras, algunas de tanto pensarlas otras por amortajarlas con la sal de los silencios.
Tengo la vista cansada y agotado el deseo de observar tantas mañanas de paredes desnudas.
No he pactado con aliados ni ententes, ese es el primer paso para ser traicionado y ya cubrí ese cupo (et tu quoque Brute fili mi!)
A veces pierdo dinero ("there's one for you and nineteen for me, 'cause I'm the taxman... canta Harrison, George), otras se me oculta en el agujero del olvido, donde un hada de bocagrande me dicta las instrucciones para cerrar los bolsillos.
Autoapologético hasta la obstinación, aplazo a mañana el inicio de todo propósito, de toda dieta, de toda decisión y lo enmascaro consumiendo productos bajos en calorías enriquecidas.
Habito en Ahulema, bajo la sombra de la mirada de Alíah, mientras consumo vidas en el perfil de una torre.
Los días se me esconden tras las persianas, o los conservo en el frigorífico en espera de mejores ocasiones.
No tengo sueño (ya lo pondrá un Orfidal).
He sido (puntos suspensivos).Soy (puntos suspensivos).
Apago la luz.
Escribo para no ser quien soy.
Duermo para ser quien no soy.
Gracias Orfidal por abrirme tu puerta al sueño.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR

Poema invitado: "Poemas visuales" BRUNO JORDÁN


Bruno Jordán, poeta y editor murciano, dirige la revista POE+ y el periódico cultural ALTERIDAD, hoy presentamos dos de sus obras: MAGRITTE REVISITED y RELIQUIAS


























Reliquias Bruno Jordán



lunes, 13 de septiembre de 2010

CUESTIÓN DE VECINDAD


El sol estaba alto, en el punto del mediodía, cuando clava su calor con toda la rabia.
Bajo esa hora, en un barrio periférico, urbanización de nueva construcción, como la costumbre de vivir allí, un hombre soportaba la intensidad estival en la que todo parecía sometido al zumbido de las moscas.
Parecía huir, buscaba una esquina de sombra dentro de un jardín abandonado a una doméstica naturaleza en desorden.
Allí depositó el cuerpo de un niño, en un hueco descubierto al césped agostado, al píe del muro que limita su parcela.
- No debiste hacerlo - decía convencido - mira que te lo había advertido. No hiciste caso. Tantas veces como lo intentaste te avisé de que algún día te arrepentirías de saltar la tapia.
Medio cubierto de tierra, el niño no respondía. Su aliento había quedado atrás, una hora antes. En ese momento, una línea roja, seca, atractiva para los insectos, le resbalaba por la sien derecha.
- Te había avisado, te lo había repetido mil veces y acabaste con mi paciencia: nunca vengas a buscar la pelota porque te ibas a arrepentir.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR

Poema invitado: "Tres lecciones de la muerte para la vida" ANTONIO SÁNCHEZ ZAMARREÑO


¿Ver a mi Dios morirse
y no morirme yo?
o el amor ya no mata o esto mío
no es amor.


I

En un cofre recamado
quiero guardar este aliento
y, como un gran avariento,
quedar con él encerrado.
Dios no se nos ha acabado,
pero se ha hecho Dios inerte
y, entre fríos, nos advierte,
serena ya su agonía,
que hay alguien que todavía
ama con toda la muerte.


II

Ahí veis a Aquel que viviera
en el corazón de un filo,
dando a la inocencia asilo
y sol a la primavera.
Ahí veis a un Cristo de cera
que debe ser encendido
dentro de cada latido
para que su muerte sea
el principio de una tea
que incendie al mundo aterido.


III

Trémulamente a tus pies
pongo lo mejor que he hecho:
aquel no estar satisfecho
a derechas o al revés.
Es casi nada, pero es
la flor de mis maravillas:
ni charco sin tus orillas;
contigo, océanos de luz.
Lo firmo bajo la cruz
y lo firmo de rodillas.



de LA NUCA DEL MALHECHOR

domingo, 12 de septiembre de 2010

A propósito de LA NOCHE EN BLANCO


De nuevo se ofrece a la población de Madrid, y a todos aquellos que deseen visitarla, la posibilidad de disfrutar de ese espectáculo llamado "Noche en Blanco" por quinto año consecutivo a la que acudieron 717.000 personas, aproximadamente.
Por quinto año consecutivo sigo preguntándome en qué consiste esta "Noche en Blanco"; para el ayuntamiento madrileño supone una fiesta de cultura en la que se abren hasta la madrugada museos, teatros, se realizan espectáculos poéticos, actuaciones musicales... en el centro de la ciudad
Vista la experiencia de años anteriores, leída la prensa y analizado lo que sucedió la noche pasada (toboganes gigantes en la Gran Vía que tienen que ser cerrados porque una mujer se lastimó una pierna en esa atracción, piscinas de bolas usando pelotas de playa, botellones en cada esquina -hasta el punto que en una emisora nacional dentro de su programación local han iniciado su programa hablando y preguntando a los oyentes sobre "la resaca en blanco" -, columpios gigantes, largas colas para entrar en museos, restos de basura por todas partes...) creo que este invento no deja de ser una forma de sacar a la gente a la calle (con el agravante de que ni siquiera ampliaron el horario del transporte público) y desdibujar todo sentido cultural que pueda tener la iniciativa, quizá sea lo que entiende por cultura el gobierno local.
.

Pero ¿por qué dedicar una noche al año a la "cultura"? Tal vez se podrían manejar otros elementos para hacer llegar la cultura a la gente sin necesidad de intoxicarla de multitudes nocturnas, por ejemplo:
- gratuidad de museos nacionales y locales, al menos, dos días en semana con un horario más amplio los fines de semana,
- espacios radiofónicos y televisivos, en las emisoras y televisiones locales y autonómicas (estoy hablando en concreto de Madrid) que acerquen toda la gama de culturas y formas de expresarlas a los ciudadanos, no sólo ciertas "voces",
- fortalecer la red de centros culturales de barrio a los que aportar representaciones teatrales, audiciones musicales, recitales de poesía, concursos literarios, exposiciones itinerantes, entre otras actividades,
- considerar las creaciones propias de autores siguiendo criterios de calidad no de cantidad o de edad de los creadores (un creador no tiene por qué ser "joven")
Y a partir de aquí se pueden añadir más maneras de conseguir no una noche en blanco, más bien oscura de cultura, sino muchos días de ciudades y gentes enriquecidas de cultura.
Por supuesto que hay más iniciativas posibles, se aceptan todas.
Gracias
ANTONIO LINARES FAMILIAR

lunes, 6 de septiembre de 2010

ANTE EL ESPEJO


Pelo negro de tinte casero, el rostro blanco como el que huye del sol desde hace muchos años, y los labios rojos de angel red que dejan su rastro en los cigarros que amontona en el cenicero.
Ante el tocador acaricia, ausente, sus arrugas, sin abandonar la precisión del ahora, y traza con su mirada una diagonal para buscar un antes en el reverso del espejo.
A medio vestir, su cuerpo de formas apagadas por la edad, y desnuda de su vida, se sienta a contraluz, gastando su tiempo ajena a otras monotonías. Entorna los ojos y busca tras el azogue las sombras que allí estuvieron previo pago y que, ahora, agazapadas, se condenan al silencio entre una mueca de asco habitual y resignado.
Como el ave nocturna invoca a la madrugada, entrelaza las manos en esa cita diaria y suspende una sonrisa sin edad por donde hilvana nombres cubiertos de desaliento.
Sobre la mesa una taza agota su calor junto a los restos de cartas que nunca ha escrito, mientras su respirar mece al sueño. Le escuece la piel, aún suave, le escuece ahí donde jóvenes besaron con deseo y ahora babean bocas desdentadas. Ellos, todos, que cerraron su puerta convencidos de una gran virilidad.

La noche, suspendida tras la ventana, se despliega sobre las paredes y llega hasta la piel de quien, tan sólo, espera un nuevo cliente.
Sarah Vaughan enmudece en el aire sin horizonte, sobre el desorden de la cama y un baño íntimo. Una vez más el ritual termina.
La boca, agotada de recitar pasados, nombres y gemidos en play-back, se esconde tras los labios de angel red que siguen dejando su rastro en los cigarros sobre el cenicero, tras el alivio de un café.
Oscuridad
Y ella, ante la opacidad del espejo se agita estremecida por un llanto inexistente que la despierta, siente cómo el tiempo apuntala su resignación cuando, ante el espejo, desnuda la geografía de su edad.



© ANTONIO LINARES FAMILIAR

sábado, 4 de septiembre de 2010

Poema invitado: "Quarantine" ("Cuarentena") EAVAN BOLAND


In the worst hour of the worst season
of the worst year of a whole people
a man set out from the workhouse with his wife.
He was walking – they were both walking – north.

She was sick with famine fever and could not keep up.
He lifted her and put her on his back.
He walked like that west and west and north.
Until at nightfall under freezing stars they arrived.

In the morning they were both found dead.
Of cold. Of hunger. Of the toxins of a whole history.
But her feet were held against his breastbone.
The last heat of his flesh was his last gift to her.

Let no love poem ever come to this threshold.
There is no place here for the inexact
praise of the easy graces and sensuality of the body.
There is only time for this merciless inventory:

Their death together in the winter of 1847.
Also what they suffered. How they lived.
And what there is between a man and woman.
And in which darkness it can best be proved.


EAVAN BOLAND



En la peor hora de la peor estación
Del peor año de todo un pueblo
Un hombre sale de su taller con su esposa,
El caminaba - ambos caminaban - hacia el norte.

Ella estaba enferma por la fiebre del hambre y no podía mantenerse en pié.
El la levantó y se la echó a la espalda.
El caminaba hacia el oeste y el oeste y el norte,
Hasta que al anochecer llegaron bajo las estrellas de helada.

Por la mañana fueron encontrados muertos,
De frío. De hambre. De las toxinas de toda una historia,
Pero los pies de ella se mantenían contra el pecho de él
El último calor de su carne fue su último regalo para ella.

No dejes que ningún poema de amor llegue a este umbral.
No hay lugar aquí para la alabanza inexacta
De la gracia fácil y de la sensualidad del cuerpo.
Sólo hay tiempo para este inventario sin piedad:

Su muerte juntos en el invierno de 1847.
También lo que sufrieron. Cómo vivieron.
Y qué hay entre un hombre y una mujer.
Y en qué oscuridad se puede demostrar mejor.


Traducción: ANTONIO LINARES FAMILIAR

viernes, 3 de septiembre de 2010

ATARDECER


Desde el alcor
un horizonte abandona luces de cal
sobre un lienzo de otoño;

las palabras despliegan horas a contraluz,
se unen a la encina
bajo la bóveda de sombras
que anega los surcos
de cárdena incertidumbre,
y dejan atrás las venas
del cobre diario y los rostros de tarde,
esos que aprietan las manos
para no ver
sus uñas vacías.


ANTONIO LINARES FAMILIAR de Nortes

jueves, 2 de septiembre de 2010

Poema invitado: "La casa de mi padre" ("Nire aitaren etxea") GABRIEL ARESTI


Defenderé
la casa de mi padre.
Contra los lobos,
contra la sequía,
contra la usura,
contra la justicia,
defenderé
la casa
de mi padre.

Perderé
los ganados,
los huertos,
los pinares;
perderé
los intereses,
las rentas,
los dividendos,
pero defenderé la casa de mi padre.

Me quitarán las armas
y con las manos defenderé
la casa de mi padre;
me cortarán las manos
y con los brazos defenderé
la casa de mi padre;
me dejarán
sin brazos,
sin hombros
y sin pechos,
y con el alma defenderé
la casa de mi padre.

Me moriré,
se perderá mi alma,
se perderá mi prole,
pero la casa de mi padre
seguirá
en pie.




Nire aitaren etxea
defendituko dut.
Otsoen kontra,
sikatearen kontra,
lukurreiaren kontra,
justiziaren kontra,
defenditu
eginen dut
nire aitaren etxea.

Galduko ditut
aziendak,
soloak,
pinudiak;
galduko ditut
korrituak,
errenteak,
interesak,
baina nire aitaren etxea defendituko dut.

Harmak kenduko dizkidate,
eta eskuarekin defendituko dut
nire aitaren etxea;
eskuak ebakiko dizkidate,
eta besoarekin defendituko dut
nire aitaren etxea;
besorik gabe,
sorbaldik gabe,
bularrik gabe
utziko naute,
eta arimarekin defendituko dut
nire aitaren etxea.

Ni hilen naiz,
nire arima galduko da,
nire askazia galduko da,
baina nire aitaren etxeak
iraunen du
zutik


GABRIEL ARESTI

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Concursos literarios Septiembre de 2010

Escritores.org

Boletín informativo correspondiente al mes de
SEPTIEMBRE 2010

Incluye bases completas de Concursos Literarios cuyo plazo de presentación vence los meses: SEPTIEMBRE, OCTUBRE, NOVIEMBRE, DICIEMBRE…



* CONCURSOS LITERARIOS (Bases completas y actualizadas)

Concursos: todas las convocatorias
Concursos: últimos entrados
Concursos: que permiten el envío por email
Concursos: novela
Concursos: poesía
Concursos: cuento, relato
Concursos: infantil y juvenil
Concursos: periodismo, ensayo
Concursos: teatro, guión
Concursos: información de utilidad
Concursos: resultados
Concursos: en otros idiomas


* AUTOR DEL MES - JAVIER GARCÍA SÁNCHEZ


* NOTICIAS DEL SECTOR

Los diez escritores mejor pagados
Las novedades literarias del curso apuestan por los grandes nombres
Google dice que hay 129,864,880 de libros en el mundo
Lector electrónico vs libro tradicional
Un escritor novel de 67 años, éxito en la Feira de A Coruña
Carta a un joven escritor (Arturo Pérez-Reverte)
Google como el aliado de los pequeños vendedores de libros

* HERRAMIENTAS DE PROMOCIÓN PARA ESCRITORES

Artículos de interés
Redes sociales


* PUBLICAR

Informe: pasos a seguir para buscar editor


* TALLERES LITERARIOS Y CURSOS DE FORMACIÓN

VII



Previo al amanecer,
la rutina de la víspera
se despliega entre el acero y el caqui
a golpe de silencio,
como hielo nocturno
la eucaristía del ron se diluye
en cada cuerpo:

las almas quedaron atrás,
hace tiempo,
en el primer cáliz
previo al combate.



ANTONIO LINARES FAMILIAR de En Tierra de Nadie