Tierra de Ahulema
domingo, 17 de octubre de 2010
XLII
Concibe su imaginario
“el tacto apalabrado
en la médula de mi piel
alimenta el golpe de la mañana”,
intenta sostener la noche
entre el abecedario del silencio
“un sabor malva discurre en mi aliento
para volcarse entre los dedos
saciados de tu boca”,
consume el viento lunar
donde se mece el sueño
“tu voz clavada en mis sienes
se esparce, mercurio, contra el suelo
buscando tu senda más allá de la cancela”:
encuentra la puerta cerrada
los inviernos cegaron sus goznes.
© ANTONIO LINARES FAMILIAR de Camino de Alíah
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