PREGUNTAS AL GUSANO
¿Ya estás aquí, Gusano? ¿Tan pronto te presentas?
Iluso fui al creer que me aguardarías, al acecho,
en el pedazo de tierra que me esté reservado,
que no sabría de ti hasta el día que asomarás la cabeza
por el hueco de un ojo en mi calavera.
Pero no, tu especie no conoce la paciencia:
ya estás en mí, excavando un túnel en mi sueño negro,
dejando tus babas en los recuerdos que aún no tengo.
Avanzas en silencio, cuidando de no ser descubierto.
Pero ¿a qué ese temor? ¿No sabes tú, como sé yo,
que nada podría hacer contra tu victoria?
Gusano, tú no eres tú, sino tu destino,
y tu destino es el mío: no somos, pues, tan distintos.
Creí que tuyo, de mi tiempo,
sería sólo el que nunca tendré por mío.
Pero también del que atesoro es tuya una parte.
¿Cuál es esa parte? ¿Qué monedas reclamas?
No respondes. Avanzas en silencio.
Sé que no es a mí a quien temes despertar:
¿Cuál será tu gusano, Gusano?
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