Tierra de Ahulema

Tierra de Ahulema

martes, 28 de diciembre de 2010

DIÁLOGO

DIÁLOGO










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- Sí, sí, tal vez tengas razón
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- lo admito, me equivoqué..
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- ... no, no hay excusas; podría decirte muchos motivos, pero no servirían para cambiar nada.
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- No insistas, por favor, te estoy diciendo que tienes razón. Déjalo ya, está bien así.
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- No, no acudí a la cita, la anulé por teléfono.
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- Porque preferí quedarme aquí y no ver a ese médico.
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- Sí, en este desorden, es mi desorden y me encuentro bien así.
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- Me miro ¿y? ¿Abandonado? ¿Sucio? ¿Desordenado? ¿Y qué? ¿Algún problema?
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- No me da vergüenza, estoy en mi casa pero no te preocupes ... no seré un diógenes ... puedes estar tranquilo.
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- ¿Que no me ría? Si quieres hago un drama como tú ¿quieres que lloremos juntos?
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- Ya, y ahora me dirás que es por mi bien ... que ...
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- ¡¡Nnno me interrumpasss quiero poder terminar una frase al menos!!.
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- No te estoy gritandop ¡¡¡NO-TE-ES-TOY-GRI-TANDO-DO!!! ¿De acuerdo?
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- Pues vete ... ya sabes dónde está la puerta.
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- ¿Que debería salir? ¿Dónde?
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- Tal vez tengas razón pero no quiero salir, no me apetece.
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- Por qué, porque no me gusta esta casa y la idea de volver siempre a ella me amarga.
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- Prefiero estar en ella que regresar a ella.
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- ¿Las pastillas?
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- No sé dónde están las pastillas de mierda, no quiero tomarlas, me dan asco y me dejan dormido como un gilipollas.
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- ¿Por mi bien? Pffffff ¡¡¡Qué pesado te pones con las putas pastillas y mi bienestar!!!.
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- Déjalo ya, estoy hasta los huevos de esas pastillas de colores que me abotargan y me confunden como un zombi; desde que no las tomo recupero la vida, sí, recupero el tacto, recupero los sentidos, las percepciones...
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- ... no quiero ser un mueble, no, sólo quiero vivir tranquilo.
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- No apagues la música.
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- Dame fuego, no sé dónde está el mechero.
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- No, no es el desorden, eres tú que me pones nervioso y sabes que cuando me pongo nervioso se me olvidan las cosas.
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- ¿Me das fuego, por favor?
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- Gracias.
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- Perdona mi presente pero márchate, quiero estar solo, incluso sin mí, quiero estar solo, solo, solo ...
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- ¿Que dices qué?
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- ¿Que vas a llamar al médico? Ni se te ocurra, volvería a anular la cita. No pienso volver a verle.
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- ¿que venga a casa? ¡¡¡NO-PIEN-SO-VOL-VER-A-VER-LE-NI-A-ÉL-NI-A-NA-DIE-Y-BAAAAAAAAAAASSSSSSSSS-TAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!


[El personaje lanza un cenicero contra el espejo con el que ha estado dialogando, lo rompe y se acuesta en un sofá cubierto de papeles y un plato sucio]



© ANTONIO LINARES FAMILIAR



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