Tierra de Ahulema

Tierra de Ahulema

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Poeta invitado: MARÍA VICTORIA ATIENZA Los Sábados




Los sábados


Los sábados teníamos de par en par los ojos
enseñando las luces doradas del domingo,
mientras iban las horas resbalando su carga
de ilusión en nosotras.


Sentadas en pupitres, en filas o en recreos,
pensábamos el día perfecto cada una
con un sol, sus películas y su adiós en la calle
al niño que llevaba nuestro nombre en su frente.


Volar era la clave escrita en nuestro ánimo.
Soñábamos con puertas y con la interminable
escalera que parte el monte en dos mitades,
donde un coche esperaba nuestra vuelta más rápida,
llevándose un viaje de alegría hacia el centro.


Mas pasaba el domingo, y con él los proyectos
de toda una semana extrañamente larga;
y el resultado era arrastrar la nostalgia
seis días como puños.

martes, 20 de diciembre de 2011

HERRUMBROSAS LANZAS de JUAN BENET

Herrumbrosas Lanzas
Juan Benet
Editorial DEBOLSILLO



En 1982 Juan Benet empieza a trabajar en un proyecto en el que quería escribir la verdadera historia de los proyectos militares de la guerra civil, una guía narrada en la que se fueran desgranando todas las operaciones, ejércitos o armas que participaron y conformaron la guerra del 36. Como reconoció el propio Benet abandonó esta idea original “por no ser historiador” pero con las informaciones y notas elaboradas, comenzó a tejer Herrumbrosas Lanzas trasladando el conflicto fratricida a Región, el territorio literario de Juan Benet, y, de esta manera intentar llevar a cabo uno de los proyectos más ambiciosos que haya habido en la literatura española.
Como confesaba el escritor "el libro lleva un estilo de cronicón que lo objetiva: ve los acontecimientos desde fuera. Esta forma de interiorización de los personajes que aparecen la aleja de la novela psicológica y del intimismo", todo ello en un magma que intenta “satisfacer la inquietud del autor en un campo en el que se siente dueño: la ficción”, una ficción sin pretensiones hermenéuticas donde los Mazón, los Ruán, Recio, el Capitán Arderíus, Ventura León, Juan de Tomé… se engarzan con la geografía de Región: Macerta, Bocentellas, Etán, Feltre, Burgo Mediano… en una acción, la de la Guerra Civil en Región, donde la traición, la épica, la lucha con el destino desde generaciones anteriores, la resignación, la venganza de los vencedores, la miseria de los derrotados, la amistad o la soledad…, es decir, personajes, paisaje y sentimientos constituyen, a lo largo de sus dieciséis libros, el todo único del mosaico que es Herrumbrosas Lanzas.

© ANTONIO LINARES FAMILIAR

lunes, 19 de diciembre de 2011

ANTONIO TELLO y LA ESCALERA DE CARACOL

El escritor argentino ANTONIO TELLO considera mi traducción de La Escalera de Caracol y Otros Poemas el mejor libro de 2011. Muchas gracias Antonio.









http://cuadernodenotasdeat.blogspot.com/

martes, 13 de diciembre de 2011

In Memoriam JOAQUÍN ORTEGA PARRA

JOAQUÍN ORTEGA PARRA (1934 - 2011)


El buen doctor, en ciertas ocasiones,
mirando por encima de sus gafas,
me ve tan natural, tan muertohablante,
que cree que estoy curado. Se imagina
que soy un muerto, al fin, todoterreno:
que valgo para todo y para nada.


Y entonces me receta unos consejos
que tomaré con Seltz a media tarde:


No es bueno navegar contracorriente.
No conviene leer a tus poetas
de flexo y madrugada. No conviene
pedir ayuda a Dios, ¡qué disparate!
(Están sin resolver los atentados
de Atocha, aquí en Madrid, y los de Londres).


No dejes que el domingo te domine.


Escribe este verano algunos versos.
Una adicción, la tuya, que precisas
dejar muy poco a poco. (Luego, pasa
que incides nuevamente en tu fracaso).


¡Si al menos fueras Dios! ¡Pero ni eso!


Solo, no más, tú eres un mandanga.
Un pobre pastorcillo de las nubes.


Un muerto que no sirve para nada.


(2005)

lunes, 12 de diciembre de 2011

Poeta invitado: DEREK WALCOTT




PENTECOST


Better a jungle in the head
than rootless concrete.
Better to stand bewildered
by the fireflies' crooked street;


winter lamps do not show
where the sidewalk is lost,
nor can these tongues of snow
speak for the Holy Ghost;


the self-increasing silence
of words dropped from a roof
points along iron railings,
direction, in not proof.


But best is this night surf
with slow scriptures of sand,
that sends, not quite a seraph,
but a late cormorant,


whose fading cry propels
through phosphorescent shoal
what, in my childhood gospels,
used to be called the Soul.




PENTECOSTÉS




Mejor una jungla en la cabeza
que el hormigón sin raíces.
Mejor estar desconcertado
por la sinuosa calle de las luciérnagas;


las lámparas del invierno no muestran
donde se pierde la acera,
ni estas lenguas de nieve
pueden hablar por el Espíritu Santo;


el silencio creciente
de palabras caídas de un tejado
apunta en dirección de los raíles,
sin prueba.


Pero lo mejor es navegar esta noche
con lentas escrituras de arena,
que envían, no como un serafín,
sino como un cormorán tardío,


cuyo llanto apagado lanza
a través de un banco de arena fosforescente
lo que, en los evangelios de mi infancia,
solía llamarse el Alma.


© Traducción ANTONIO LINARES FAMILIAR

RECEPTACLE nº 3

Volumen nº 3 de la Revista RECEPTACLE, dedicada a la crítica literaria y musical


viernes, 2 de diciembre de 2011

SAMPEDRO: Premio Nacional de las Letras

José Luis Sampedro, Premio Nacional de las Letras 2011



El escritor, economista, pensador y una de las voces más lúcidas que llama a nuestras conciencias; autor, entre otras obras, de La sonrisa etrusca, La vieja sirena y Octubre, octubre obtiene a los 94 años el galardón literario más prestigioso del país tras el Cervantes.

jueves, 1 de diciembre de 2011

NOSTALGIA DE ARQUÍMEDES



NOSTALGIA DE ARQUÍMEDES


Siracusa inclinada ante Roma.
Marcelo, el cónsul, lamenta
la negligencia del soldado.
Momento ajeno al rumor de sombras
que parecen jugar entre el jardín.
Bajo la derrota, escondido,
el alma de un texto:

“Un cuerpo, una palabra,
un rostro o un instante,
sumergido en el tiempo
es desplazado por la memoria
con la misma intensidad
del recuerdo que mueve”


© ANTONIO LINARES FAMILIAR de EL PERFIL DE LA TORRE

NICANOR PARRA: PREMIO CERVANTES

NICANOR PARRA, PREMIO CERVANTES 2011



YO PECADOR




Yo galán imperfecto
Yo danzarín al borde del abismo,


Yo sacristán obsceno
Niño prodigio de los basurales,


Yo sobrino - yo nieto
Yo confabulador de siete suelas,


Yo señor de las moscas
Yo descuartizador de golondrinas,


Yo jugador de fútbol
Yo nadador del Estero las Toscas,


Yo violador de tumbas
Yo satanás enfermo de paperas,


Yo conscripto remiso
Yo ciudadano con derecho a voto,


Yo ovejero del diablo
Yo boxeador vencido por mi sombra,


Yo bebedor insigne
Yo sacerdote de la buena mesa,


Yo campeón de cueca
Yo campeón absoluto de tango
De guaracha, de rumba, de vals,


Yo pastor protestante
Yo camarón, yo padre de familia,


Yo pequeño burgués
Yo profesor de ciencias ocultas,


Yo comunista, yo conservador
Yo recopilador de santos viejos,


(Yo turista de lujo)


Yo ladrón de gallinas
Yo danzarín inmóvil en el aire,


Yo verdugo sin máscara
Yo semidiós egipcio con cabeza de pájaro,


Yo de pie en una roca de cartón:
Háganse las tinieblas


Hágase el caos,


háganse las nubes,


Yo delincuente nato
Sorprendido infraganti


Robando flores a la luz de la luna
Pido perdón a diestra y siniestra
Pero no me declaro culpable.

de Obra gruesa (Santiago, Universitaria, 1969)

martes, 29 de noviembre de 2011

Poeta invitado: JUAN LUIS PANERO "Lo que queda después de los violines"




Lo que queda después de los violines


Cuando te olvides de mi nombre,
cuando mi cuerpo sea sólo una sombra
borrándose entre las húmedas paredes de aquel cuarto.
Cuando ya no te llegue el eco de mi voz
ni el resonar cordial de mis palabras,
entonces, te pido que recuerdes que una tarde,
unas horas, fuimos juntos felices y fue hermoso vivir.
Era un domingo en Hampstead, con la frágil primavera
de abril posada sobre los brotes de los castaños.
Pasaban hacia la iglesia apresuradas monjas
irlandesas, niños, endomingados y torpes, de la mano.
Arriba, tras los setos, en la verde penumbra
del parque dos hombres lentamente se besaban.
Tú llegaste, sin que me diera cuenta apareciste y empezamos a hablar
tropezando de risa en las palabras, titubeantes
en el extraño idioma que ni a ti ni a mi pertenecía.
Después te hiciste pequeña entre mis brazos
y la hierba acogió tu oscura cabellera.
A veces las cosas son simples y sencillas
como mirar el mar una tarde en la infancia.
Luego la escalera gris, larga y estrecha,
la alfombra con ceniza y con grasa,
tus pequeños pechos desolados en mi boca.
Sí, a veces es sencillo y es hermoso vivir,
quiero que lo recuerdes, que no olvides
el pasar de aquellas horas, su esperanzado resplandor.
Yo también, lejos de ti, cuando perdida en la memoria
esté la sed de tu sonrisa me acordaré, igual que ahora,
mientras escribo estas palabras para todos aquellos
que un momento, sin promesas ni dádivas, limpiamente se entregan.
Desconociendo razas o razones se funden
en un único cuerpo más dichoso
y luego, calmado ya el instinto
y rezumante de estrenada ternura el corazón,
se separan y cumplen su destino,
sabiendo que quizá sólo por eso
su existir no fue en vano.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Hoy es REMEMBRANCE DAY


IN FLANDERS FIELDS


In Flanders fields the poppies blow
Between the crosses, row on row,
That mark our place; and in the sky
The larks, still bravely singing, fly
Scarce heard amid the guns below.


We are the Dead. Short days ago
We lived, felt dawn, saw sunset glow,
Loved and were loved, and now we lie
In Flanders fields.


Take up our quarrel with the foe:
To you from failing hands we throw
The torch; be yours to hold it high.
If ye break faith with us who die
We shall not sleep, though poppies grow
In Flanders fields.


by John McCrae, May 1915

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Ha fallecido TOMÁS SEGOVIA

IN MEMORIAM

TOMÁS SEGOVIA
Valencia, España, 21 de mayo de 1927 - México, 7 de noviembre de 2011



Confesión


El día,
está tan bello
que no puede mentir:
comemos de su luz nuestro pan de verdad.


Su cuerpo se desciñe
y se tiende y se ofrece.
Esta dicha no engaña: nada quiere.


Di: ¿no es más fuerte
que nuestro amor altivo de la muerte
esta sencilla gracia equilibrada
que nada
ejerce?


Pero cuánto pavor,
violenta alma mediata,
te infunde todavía esa burlona voz
que a solas te susurra «estás salvada».


No, no,
tu destino ni ha muerto ni es tu esclavo.
Soberbia y Miedo, confesad:
la vida toda fue verdad.

lunes, 31 de octubre de 2011

Poeta invitado: ELOY SÁNCHEZ ROSILLO "El Espejo"




El espejo


Me instalo frente a ti, miro tus ojos
y vigilo el espacio donde tu voz me busca.
Me estremece el dolor del encuentro imprevisto,
la sed con que te acercas al borde de mi sombra,
el hueco que descubres en la luz de mi espejo.
La soledad me arropa. Sólo en la noche existo.
Y nunca me detengo sobre el mismo minuto
en el que tú te apoyas para seguir llamándome.
Suéñame de otro modo. Sacude el saco triste
del idioma heredado. Cuéntale a las palabras
las historias oscuras que sólo tú conoces;
diles cómo te asusta mi presencia y mi odio,
cuánta muerte te cuesta acariciar mi huida.
A veces, en el centro mismo de tu pregunta,
me reconozco y corro hacia otra oscuridad:
es amargo encontrar al final de un abrazo
mi propio grito erguido y mi propio deseo.
Por eso me divido, me desdoblo y me hundo
en heridas distintas: me da miedo encontrarte.
Tu sonido es el mío. Tu tristeza, tus ropas
saben a mí, y m escuece el recuerdo adherido
al tiempo conciliado, al tiempo único
en que la conjunción habitó nuestras sangres.

Santos Domínguez gana el «Rafael Morales» con «El agua de los mapas»





Santos Domínguez gana el «Rafael Morales» con «El agua de los mapas»

El Premio «Joaquín Benito de Lucas» fue ex aequo para Carlos Izquierdo e Inmaculada Camacho
ABEL MARTÍNEZ / TALAVERA
Día 30/10/2011 - 11.09h

El poeta cacereño Santos Domínguez Ramos se alzó ayer con el Premio de Poesía «Rafael Morales», con su libro «El agua de los mapas», galardón dotado con 12.000 euros. El jurado estuvo compuesto por Antonio Hernández, Ángel García López, Joaquín Benito de Lucas, Juan VanHalen y Pilar de las Heras, en representación del Ayuntamiento de Talavera, organizador del premio. El fallo se dio a conocer al filo de las nueve de la noche de ayer, en el transcurso de un acto que tuvo lugar en la prestigiosa Galería Cerdán.
En este mismo escenario también se dio a conocer anoche el fallo de otro importante premio de poesía, el «Joaquín Benito de Lucas», que lleva el nombre del querido poeta talaverano de 77 años. En este caso, el premio fue ex aequo para el valenciano Carlos Izquierdo Herrero, por su libro «Cuaderno de instintos», y para Inmaculada Camacho, natural de la localidad toledana de El Carpio de Tajo, por su obra «La cólera». Cada uno de ellos recibirá 3.000 euros como premio.
El jurado de este certamen estuvo compuesto por Luis Alberto de Cuenca, Rafael Morales Barba, Miguel Ángel Curiel, Abraham Madroñal y José Julián Gregorio, en representación del Ayuntamiento. El galerista Manolo Cerdán fue, una vez más, perfecto anfitrión.


© ABC


Una vez más, ENHORABUENA SANTOS

lunes, 24 de octubre de 2011

PJ Harvey - The Last Living Rose




The Last Living Rose


Goddamn Europeans!
Take me back to beautiful England
And the grey damp filthiness of ages
And battered books


And fog rolling down behind the mountains
On the graveyards and dead sea-captains.
Let me walk through the stinking alleys
To the music of drunken beatings


Past the thames river glistening
Like gold hastily sold
For nothing... nothing.


Let me watch night fall on the river
The moon rise up and turn to silver
The sky move
The ocean shimmer
The hedge shake
The last living rose quiver.


del disco LET ENGLAND SHAKE

viernes, 21 de octubre de 2011

Playa de La Romanilla (2011)


PLAYA DE LA ROMANILLA (2011)


Levanto la mirada y
se pierde por el sol
reflejado en las olas,


ahora busco tu sombra,
tan sólo he de seguir
una certeza:


entre la arena y la sal
el agua, siempre, buscará
el sabor de tu piel.


© ANTONIO LINARES FAMILIAR

Publicado en EL CULTURAL con motivo de la entrega del Príncipe de Asturias a LEONARD COHEN






El príncipe Leonard Cohen

Luis Eduardo Aute, Benjamín Prado, Felipe Benítez Reyes y José Luis Rey homenajean al poeta


Publicado  en EL CULTURAL el 21/10/2011

Poeta y cantor, Leonard Cohen (Quebec, 1934) recibe hoy el premio Príncipe de Asturias de las Letras como reconocimiento a una trayectoria que ha marcado a tres generaciones de poetas, tiznadas por su inspiración, su deje melancólico y su devoción lorquiana. El jurado mencionó también la creación de un imaginario sentimental en el que música y poesía se funden “en un valor inalterable”. El Cultural ha invitado a cuatro de sus más íntimos seguidores (Luis Eduardo Aute, Benjamín Prado, Felipe Benítez Reyes y José Luis Rey) para que expliquen las razones de su pasión coheniniana y nos regalen poemas inéditos dedicados al poeta canadiense.


Deuda impagable
Luis Eduardo Aute

No me importa que haya quien me considere el leonardcoheniano de cabecera. Cohen es un excelente escritor a través del cual se ha reconocido, al fin, la importancia de la canción como género literario. De Dylan al ultimísimo cantautor, todos estamos en deuda con él, porque parecía que la canción era un subgénero dentro de las artes, algo así como la hermana menor, la desahuciada, comparada con la pintura o la poesía. Es un excelente poeta en el que se reconoce la canción como género literario que semerece entre las demás artes.

¿Como comenzó todo? Lo descubrí en los primeros años 60, quizá en 1961 ó 1962: fue entonces cuando escuché canciones suyas de lo que sería su primer disco, Songs of Leonard Cohen (1967), en el que ya estaban presentes clásicos como “Suzanne”,“Sisters of Mercy” o “So Long, Marianne” . Luego fui a varios de sus recitales, y tuve el privilegio de compartir el mismo escenario en el Palacio de Deportes de Madrid en el año 85 ó el 86, no lo recuerdo muy bien, aunque un par de meses antes, en la galería Vandrés, en una exposición de Warhol, pude conocerle en una muestra de variaciones sobre Cruces y pistolas. Allí nos presentaron, y le entregué el disco que acababa de sacar, Templo; él me dió I'm your man, hablamos de poesía y de pop-art.

No me atrevo a asegurar que hoy su influencia sea evidente en los jóvenes poetas, pero sí que ha influido en grupos y solistas underground, que lo tienen como referencia. Su universo lorquiano, pasional, mágico, amoroso, es muy afín a una cierta liturgia poética.


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El tiempo de L. C.
Felipe Benítez Reyes

Leonard Cohen ha conseguido reducir su voz a un susurro hipnótico. ¿Por merma de facultades? Sí, pero quizá también por privilegio de su destino: su voz es algo que está ya por encima de la voz, algo que ha logrado convertirse en la metáfora frágil de sí misma, en una fantasmagoría, purificada. Es la salmodia penumbrosa del superviviente, con su traje gris de empleado discreto de funeraria, con su borsalino de hampón dandístico, con su figura descoyuntada de anciano arrullador de batallas antiguas del sentimiento, galán en sus ocasos triunfales, con su sonrisa beatífica propia del monje budista que es, conocido en los monasterios del ramo como Jikan Dharma, que significa el silencioso.

Cohen sale al escenario con pasos alegres de duendecillo del país de las tinieblas amables. Se arrodilla. Junta las manos en gesto de plegaria. Se destoca. Sonríe. Da las gracias. Empieza su conjuro. Sus canciones nos llegan desde muy lejos: los adolescentes de los 70 del siglo pasado que tocábamos la guitarra teníamos un repertorio de estándares en el que no faltaba “Suzanne”, aunque con cierta licencia en los arpegios, porque éramos aprendices y había que esquematizar los alardes. Aun así, aquella medio chiflada seguía ofreciéndote té y naranjas de la China. Y el Cristo -abandonado, casi humano- permanecía en su torre solitaria de madera. Y aprendías a buscar entre la basura y las flores. Y el sol caía de lleno, como una miel, sobre la dama del muelle. Etcétera. Y nosotros, en fin, bailábamos aquello con las niñas, en la noche artificial de las fiestas tempraneras de los sábados.

Ha pasado el tiempo y ahí siguen sus canciones, más intensas aún porque se han aliado con el tiempo nuestro, con el tiempo de adentro de cada cual, con la historia de cada uno. Estamos en ellas. Conmueve este Cohen de postrimerías. Tan roto y tan poderoso. Tan de cristal y tan irrompible. Tan sujeto a la música por casi nada: por la exactitud temblorosa de la emoción, que es a fin de cuentas el todo. Este Cohen oferente y educado, con su espectáculo grandioso de susurros. Este Cohen que, con apenas cuatro notas básicas, ha sido capaz de escribir canciones que son historias, historias que son poemas, poemas que son música, música que es un himno de intimidad.

Este trovador dulzón y oscuro, amargo y luminoso, con su lentitud interior de emocionado reflexivo, con su voz a media voz, con su porte de vendedor honrado de diamantes, de hombre hecho serenamente al encogimiento de hombros y a las fatalidades prodigiosas que nos depara el mundo, como un personaje escapado de una página de Isaac Bashevis Singer, este Leonard Cohen, decía, parece venir desde muy lejos cuando sale al escenario y se destoca. Parece venir de un tiempo invulnerable al tiempo, de una intemporalidad mágica en la que los sentimientos son inmortales, mientras nosotros vamos de paso por aquí, acogidos a la indefinición y a la fragilidad, y alguien baila ante nosotros con un violín en llamas.


Los mirlos

Ahí los tienes:
la orquesta de los pájaros miméticos,
su falsificación aleatoria
de ruidos robados al azar,
sus trinos de fantoches aplicados.

Ocultos en las ramas,
fugados al calor de primavera,
con su negrura de augurio,
con su memoria de organillo mecánico,
leyendo partituras
escritas en el aire,
su ser para la nada,
su canto cristalino y cacofónico,
conforme al algoritmo del quién sabe,
payasos musicales portentosos,
tensando la mañana con el arco
de su garganta pura y desquiciada.

Ahí los tienes de nuevo, y aquí tú:
los artesanos de lo etéreo,
nuestras alas de cera,
el canto dado a nadie
y porque sí.


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El salvoconducto
Benjamín Prado

Conocí a Leonard Cohen en el año 2001, en un hotel de Madrid donde iba a hablar con él, por encargo de una revista musical, de su disco Ten new songs. Le gustaron tres cosas: que mi canción favorita fuese “Alexandra Leaving”; que le regalase un cd en el que le había grabado las dos interpretaciones en directo que Bob Dylan hizo de su canción “Hallelujah” y, especialmente, que en lugar de llevarle alguno de sus álbumes para que me los dedicara, le llevase uno de sus libros de poemas, La caja de especias de la tierra, y su novela Los hermosos vencidos. A mí de él me gustó todo.

Hablando con él de literatura, de música y de la vida en general, te dabas cuenta de que mintió dos veces cuando dijo que era un escritor que se hizo cantante al oír a Dylan y pensar que él también podía hacerlo igual de mal: la primera mentira es que Cohen canta imitando su propia voz, y de hecho cuando hablas con él parece que pudieras bailar lo que dice a ritmo de vels; la segunda está en el pasado del verbo: Cohen no era escritor, lo ha seguido siendo con o sin guitarra en la mano, en prosa o en verso, porque la raya de salida de todo lo que hace está en la poesía. Para cualquiera que intente escribir una canción que se pueda leer, Cohen no es una influencia, es una obligación. Si no tienes su sello, no pasas la frontera.

Cuando esábamos en Praga escribiendo las canciones de su disco Vinagre y rosas, Joaquín Sabina leyó en un periódico unos versos de la canción de Cohen “Everybody knows”, y se vino abajo: “Quememos todo lo que hemos escrito, porque jamás vamos a llegar a esto.” Y yo le contesté: “Al contrario, vamos a escribir una canción que le hubiera gustado escribir a Cohen.” Hicimos “Virgen de la amargura”, en la que se dicen cosas como: “La guerra ha terminado,/ yo vengo a arrodillarme ante tu cama./ Te rezan mil soldados / y el palacio está en llamas,/ tu general arría mis banderas, / las fieras entran en la catedral./ El rey murió en el campo de batalla,/ la reina se ha pasado al enemigo,/ yo no me cuelgo más que la medalla/ de no saber contar menos contigo.” No sé cuánto nos acercamos al maestro, pero él está dentro de esa canción.

Mientras conversábamos en aquel hotel de Madrid, Cohen me pedía que encandiera cigarrillos y se los pasara cuando no lo vigilaban sus ayudantes, que no le dejaban fumar, y me contaba alguna historia que hubiera detrás de cada una de las canciones o una conversación con Dylan en París, en la que él le explicó cuánto había tardado en escribir “Hallelujah” y el otro le respondía que él en componer “I and I”, que a Cohern le había interesado mucho, gastó “unos 29 minutos”. Y luego le regalé un par de libros míos traducidos al inglés y nos hicimos una foto juntos. No me hace falte mirarla para ver la manera en que ese hombre vestido de negro brilla con todos los colores de este mundo. O sea, que es idéntico a todo lo que escribe.


Segunda Carmela

Carmela, nunca mires
las lágrimas en blanco del hipócrita.
No permitas a nadie reemplazar
tu vida por la suya.
No eches de menos cosas que no puedan volver.

No hables con los que creen que sobran las palabras.
No mezcles los recuerdos con los planes.
Cuenta a los otros sólo lo que sean
capaces de callar.
Escucha a los que advierten, huye del que amenaza.
Recuerda que tendrás que correr mucho
para poder salir de la carrera.

No sueñes al dictado.
No sigas las campanas.
No preguntes por gente que esperas que te olvide.

Carmela, este poema sólo quiere un final:
Han pasado los años; hace mucho que el viento
aúlla como un lobo transparente
en mi casa vacía,
y una noche,
en un lugar donde alguien
nada en el mar o alguien cava en la nieve
igual que si buscase el corazón del frío,
piensas en mí
y acabas esta historia:
-Tal vez de algunas cosas me arrepienta
pero no me avergüenzo de ninguna.

Escribe tú eso entonces y yo seré hoy feliz.


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El espíritu de la belleza
José Luis Rey

Cuando trabajaba como profesor en Almería, al volver a Córdoba, en un largo viaje en coche, aprovechaba para escuchar las obras completas de Leonard Cohen. El paisaje, el paso por los puertos de Granada, la nieve, los largos campos yertos, todo se ondulaba bajo el peso suave de sus canciones. Bob Dylan y Cohen eran la banda sonora de mis viajes; dos poetas, dos artistas con mundo propio y con algo que decir. Y cómo lo decían. El coche avanzaba y el cálido oleaje del cantante convertía la cabina en una leve barca y yo pensaba que, al igual que Mallarmé soñó el mundo con la meta de desembocar en un libro, Cohen había concebido sus poemas para que despertaran en hondas y estremecedoras canciones.

En concreto, el poema de Lorca Pequeño vals vienés cobraba una dimensión nueva, esplendorosa: parecía que hubiera estado esperando siempre esa música, y no otra; que Lorca no podía sonar de otra manera. Muchas han sido las ocasiones en que he vuelto a escuchar a Cohen, pero ninguna con mayor intensidad que en aquellos viajes. Varios son los poemas que he escrito sobre música y sobre el acto, tan poético, tan entregado, de oír. En sus Sonetos a Orfeo Rilke nos dijo que quien escucha crea un templo en su oído. En el templo de mi oído Cohen es el gran sacerdote, junto a los Beatles, Bob Dylan o Duncan Dhu.

La música de Cohen tal vez no sea divina, como la de Bach, pero es profundamente humana: Shelley, en el fragmento V de su Himno a la belleza intelectual, celebró que lo más divino encarna en lo más humano; que entre los muebles enormes y por los pasillos de la infancia vamos siempre detrás del ideal, detrás de los sueños que encarnan solamente en los despiertos de esta tierra. Qué cercanía veo ahora entre Shelley y Cohen: Suzanne y su locura amable, el partisano, Marianne y la larga despedida, las Hermanas de la Caridad, la Señora Medianoche...

También en sus poemas no cantados, cuya difusión entre nosotros hay que agradecer a la editorial Visor, leonard Cohen eleva un mundo de resistencia moral sirviéndose de instrumentos muy propios de la tradición anglosajona, como son la ironía y la imagen sorprendente. Inolvidable es, por ejemplo, su poema “La reina Victoria y yo”, del libro Flores para Hitler, o aquel otro de La energía de los esclavos, que se titula “Escuchando en todas las esquinas,” donde irónicamente habla del poeta como el elegido para perfeccionar a todos los hombres. En este sentido, creo que el maestro de Cohen bien pudiera ser Auden: del inglés tomó el canadiense el uso magistral de lo irónico y lo turbador. Todos los poemas de Cohen responden al afán de hacernos abrir los ojos y dejarnos como recién salidos de un sueño, un largo sueño, un largo viaje en coche, escuchando el espíritu de la belleza, sabiendo que siempre somos pasajeros.


Suzanne en la bañera

La muchacha que no sabe quién eres
te toma de la mano y baja al río.
En los tejados hay bardos noruegos
y no recuerda el carpintero que
anduvo sobre el mar.
En el sueño de los mormones
hay torres de madera y rosas y estallidos
del verbo en espiral, el que esperábamos
con los abrigos puestos
en la verde nevada de la muerte.
Susana sin los viejos,
sin los idos con ojos eleáticos
de donde fluyen mapas cuyo centro eres tú,
tú, muchacha desnuda entre los sordos.
Adiós, mi partisana, mi país
perdido, mi frontera.
El agua se evapora porque es música.
Te amé. Bien sé por eso
que no puedo morir.


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Mi Leonard Cohen
José Manuel Caballero Bonald

Confieso que quedé bastante sorprendido al saber que Leonard Cohen había obtenido el premio Príncipe de Asturias de las Letras, pero enseguida acabé por considerarlo de lo más natural, sobre todo teniendo en cuenta las últimas directrices geopolíticas de ese premio. Entonces, recordé cómo me lo descubrió, hace ya mucho tiempo, Luis Eduardo Aute, que era, que es, muy devoto del cantautor canadiense. No pensé entonces que lo importante de él fuese su poesía, sino que se trataba simplemente de un cantante muy atractivo, de lo mejor que había oído en su género.

Después, he escuchado algunos de sus discos, pero confieso que he sido un lector deficiente de su obra y no he asistido, que yo recuerde, a ningún recital suyo. Por eso me temo que mi admiración por Cohen jamás ha ido mucho más allá, porque no he pasado de ser un discreto oyente de sus discos y apenas si recuerdo el tono general de algunos de sus libros, de los tres o cuatro que publicó Visor en traducciones más o menos aceptables. Además, ya se sabe que las canciones de Cohen son más bien taciturnas, pesimistas, muy acordes con esa voz suya espesa, grave, bastante monocorde...

En su temática amorosa o de reflexión moral siempre se filtra una especie de sarcasmo dramático muy bien dosificado... En cambio, reconozco que ha hecho un gran trabajo reinterpretando a García Lorca, más allá de los tópicos. Ha sido un buen intérprete de Lorca. Al menos, la versión que yo conozco del "Pequeño vals vienés", de Poeta en Nueva York, es muy certera. La voz ronca, oscura, se adapta muy bien a la tonalidad del poema.

En realidad, me interesa sobre todo el personaje, ese judío medio errante que ha vivido muy a fondo ciertas experiencias claves del último medio siglo y ha sabido adoptar una postura crítica frente a la sociedad, frente a la vida. Me agrada la dimensión irónica de sus canciones amorosas, el turbio tinte religioso o moral en que se enmarcan.

Su poesía, en cambio, me cae un poco a trasmano. Hablo de su poesía como tal, de su obra poética al margen de los traspasos musicales. Comparto su ironía, su sentido del humor, su mordacidad, su enfoque crítico de la vida, pero su sistema expresivo no coincide del todo con mis predilecciones estéticas. Y reconozco que ha sabido ganarse a un buen puñado de admiradores porque ha sabido conectar muy bien con el lector contemporáneo, sobre todo a través de su innegable y oportuno ingenio comunicativo.


© EL CULTURAL

miércoles, 19 de octubre de 2011

Santos Domínguez, Premio de Poesía Villa de Aoiz

DIARIO DE NAVARRA


Fotografía Enrique Cidoncha




El cacereño Santos Domínguez, ganador del Premio de Poesía Villa de Aoiz

El ganador recibirá 6.000 euros en metálico por su poema "Ayer no te vi en Babilonia"

El jurado ha elegido el poema de Santos Domínguez entre un total de 4.403 poemas

El cacereño Santos Domínguez Ramos ha obtenido el primer premio del Certamen de Poesía Villa de Aoiz, que este año celebra su XXXV edición. El ganador recibirá 6.000 euros en metálico por su poema "Ayer no te vi en Babilonia", en un acto en el que tendrán lugar, además, las entregas de premios del Certamen Internacional de Narrativa -premio Tomás Fermín de Arteta- y el de Pintura -premio Villa de Aoiz-, así como el galardón Francisco Ynduráin de las Letras para Escritores Jóvenes. La ceremonia se celebrará a las 13.00 horas del día 26 de noviembre en la Casa de Cultura de Aoiz. Cada uno de los tres certámenes cuenta con un premio de 6.000 euros y diploma y el Francisco Ynduráin, con la edición de un libro del autor galardonado.

El jurado, compuesto por los poetas Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles, Ángel García López, Antonio Hernández y Salvador Gutiérrez, ha elegido el trabajo de Santos Domínguez entre un total de 4.403 poemas.

Santos Domínguez sucede como ganador del premio Villa de Aoiz a Felipe Benítez Reyes, que lo obtuvo en la edición anterior.


ENHORABUENA SANTOS