VICTOR HUGO
El último día de un condenado a muerte
Con un lenguaje sencillo Victor Hugo consigue en El último día de un condenado a muerte sacudir al lector de la perspectiva vital de alguien que sabe que su vida va a terminar de un momento a otro. Un monólogo intenso, desnudo de recodos o gestos gratuitos, donde el protagonista lleva de la mano al lector a una introspección sobre la vida, el destino, las circunstancias que nos rodean, sin dar detalles de quién es o de dónde viene, sólo hacia dónde va y dónde vamos aquellos que consentimos la existencia de la pena de muerte, un festival, tal vez, demasiado común en la época en la que Hugo escribió esta obra (1829) y de la que participaban todos los estamentos de la sociedad francesa del momento («hay en el fondo de los hombres un sentimiento extraño que los empuja, igual que a los placeres, al espectáculo de los suplicios … como para ver qué sombra arroja el ala de la muerte planeando sobre una cabeza humana, como para examinar lo que queda de un hombre cuando la esperanza lo ha abandonado» escribió en su obra Han de Islandia, anterior a la obra que hoy recomendamos). Una edición esta de la Editorial Valdemar llena de notas a pié de página que ayudan al lector a recorrer los itinerarios "habituales" de los reos, a comprender el sistema legal francés del momento o a descubrir las referencias, muchas, que hace Victor Hugo a lo largo de su obra y una gran traducción de Mauro Armiño.
Completa el libro el relato Claude Gueux (1834) donde, siguiendo con el mismo asunto de la pena capital, Hugo da nombre e identidad al protagonista, narrando su peripecia vital y sus consecuencias pero redundando en una postura, la del autor galo, contraria a la pena de muerte.
© ANTONIO LINARES FAMILIAR
No hay comentarios:
Publicar un comentario