BOLERO IMAGINARIO
(El/Ella) _______________ sabía que la tarde sería propicia para el encuentro; hacía tiempo que se conocieron, desde aquel momento las conversaciones se habían prolongado. Diálogos de juego, de coqueteo, de confesiones, de vaciar el día a día con un gesto, con una sonrisa que les acercaba.
La cita llevaba tiempo pendiente, se había dilatado, insinuaciones, frases entrecortadas, apurando ese deseo que les despertó hacía tiempo; había habido besos, gestos, pero sabía que ese iba a ser el momento.
(El/Ella) _______________ tomó su tiempo, llevaba días con la imagen en la cabeza. En casa, un baño reconfortante, la piel perfumada, ropa ligera, velas y, por supuesto, música de fondo, suave, apenas perceptible.
Sí, se vieron, sonrisas, exposición de deseos, confirmación de voluntades, intenciones reservadas, "estás guapa hoy", "gracias", "acércate un poco más", "ese vestido te sienta muy bien", "seguro que hueles muy bien con el nuevo perfume": complicidad, tácito preludio.
Las caricias, besos, la piel que arde y se despoja de la ropa. Tensión que crece; el calor se prende en las espaldas, gemidos, sexo encendido, agitación, los movimientos que se acompasan.
No hay velas, no hay música, el perfume se ha desvanecido en la piel sudorosa; la sonrisa es gesto crispado, como las manos que se pierden en búsquedas.
Jadeos, oleaje de palabras sin estructura como los cuerpos que pierden su forma en anatomías tensas.
Palabras que pierden el pudor y se elevan sobre los murmullos. Saliva en las bocas sedientas de flujos ajenos. Cuerpos de juventud lejana pero ansiosos por follar.
Gritos, el estallido mutuo, los flujos que se pierden en espasmos; las mandíbulas sostienen el quejido de placer, mudo, constante, y el tiempo se eclipsa mientras los cuerpos se diluyen en ese placer correspondido.
Silencio, la respiración tarda en recuperar el sonido natural. La mueca se torna sonrisa, aún crispada, sobre las geografías húmedas. Brazos y piernas se mueven despacio, facilitan la vuelta de la sangre y del latido habitual, impregnadas de flujos y sudor.
Otra mirada, (el/ella) _______________ boquea de placer. Sonríe, satisfacción, y obedece al impulso cotidiano. Un gesto sencillo, habitual, un dedo presiona una tecla y la pantalla del ordenador queda en negro.
(El/Ella) _______________ , aún desnudo/a, enciende la luz de su realidad. Bajo la ducha sacude la soledad y limpia sus miedos del pudor y del remordimiento.
Es tarde, mañana el despertador sonará y otra vez, quizá, vuelva a conectarse a la red.
Nota: El lector o la lectora, puede rellenar los espacios en blanco, si lo cree oportuno, con los nombres o artículos determinados que crean más convenientes según sus gustos y/o deseos.
© ANTONIO LINARES FAMILIAR
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