Tierra de Ahulema
lunes, 12 de abril de 2010
Cuarto de estar
Tras la grieta del retrato
se esconden,
agazapados y crueles,
los sueños condenados al silencio.
Retuercen las esquinas para entrar
por la puerta desnuda de la noche
sobre la que cuelgan cicatrices
de años reunidos en plegarias.
Con la tácita discreción del odio
las sombras extienden su camposanto:
beben la botella del tiempo,
acarician siluetas ausentes,
devoran los restos de la jornada.
Ebrias y cobardes,
se fugan lejos
con las primeras agujas de luz.
Los sueños condenados al silencio
vuelven a ser mis rostros familiares.
Antonio Linares Familiar
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