Bajo el hayedo
el tiempo
vuelve a su tierra
sin esperar la estación propicia,
acumula voces y llama a las raíces
entre telas de sombra
el tiempo
acaricia el granito y bebe
la sal de su memoria
y aguarda un solsticio
para volver a sus ramas.
Ahora
los dioses duermen
mientras
los espíritus acuden a ese tiempo
bajo el hayedo.
Antonio Linares Familiar
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