La mañana descubre la extensión
vacía de la cueva
para que su voz arrastre
toda huella de ceniza.
El frío encoge los hombros,
apresura el caminar
sobre la pendiente de las horas por sentir;
lejos del horizonte habitual
los pasos se deshacen sobre arena distinta
y la mirada se entrega
hacia el reflejo por conocer;
La espalda se refugia
se puebla de otro calor:
el que agrieta la lengua hasta su raíz
y revienta los labios
con la sangre del polvo recorrido.
vacía de la cueva
para que su voz arrastre
toda huella de ceniza.
El frío encoge los hombros,
apresura el caminar
sobre la pendiente de las horas por sentir;
lejos del horizonte habitual
los pasos se deshacen sobre arena distinta
y la mirada se entrega
hacia el reflejo por conocer;
La espalda se refugia
se puebla de otro calor:
el que agrieta la lengua hasta su raíz
y revienta los labios
con la sangre del polvo recorrido.
Antonio Linares Familiar
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