Si el eunuco se enfría en mis rodillas
le digo que sí
y nos queremos con las espadas altas
y nos queremos con el hilo
hermoso
de la tarde hueca,
y nos queremos, sí, si el eunuco
de pronto
osa escalar la dura arquitectura de mi sangre.
Estaremos en la sangre,
beberemos otra vez la tibia sangre,
comparemos un billete a ver la sangre.
de Los versos del Eunuco
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