Tierra de Ahulema
martes, 4 de mayo de 2010
VI
Despiertan las ratas,
otra vez,
asoman el grito
para reclamar su hueco
habitado por nuestro despojo;
ahí, donde ellas se crían
abrazamos nuestro descanso
y vomitamos el miedo.
Aparecen las ratas,
otra vez,
con la sed de nuestra miseria
repartida en cada cicatriz
que arrastramos por la trinchera.
Ahora hay silencio,
como un arco
el ataque se despierta
y las ratas vuelven a ser
el único golpe de vida.
Antonio Linares Familiar
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La dureza de la miseria de la guerra resaltada por aquellos que siempre sobreviven: las ratas
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